La Torre San Vicente data de 1599 y es uno de los monumentos más importantes de la historia de Benicàssim.
Esta torre fue reformada en 2017 e inaugurada en noviembre de 2018 como Centre d’Interpretació Torre de Sant Vicent, con el objetivo de poder ofrecer la posibilidad de ser visitada por todos y de darnos a conocer su interesante historia.
Desde Benicàssim Paraíso os invitamos a conocer un poco más sobre la historia de esta atalaya y a visitarla en cuanto tengáis oportunidad.
Historia de la Torre San Vicente
Datos históricos previos
Durante los siglos XVI al XVIII, el Reino de Valencia llegó a alcanzar su máximo esplendor gracias al comercio marítimo con los nuevos territorios de la Corona de Aragón, Córcega, Cerdeña, Nápoles… Esto provocó al poco tiempo la aparición de piratas y berberiscos dispuestos a robar los barcos con oro y riquezas por el Mar Mediterráneo.
Con el apoyo de los estados turco o franceses, los piratas se convirtieron en corsarios que, en virtud del contrato (también conocido como carta de marca o patente de corso) tenían el permiso de atacar barcos e incluso a habitantes en tierra.
La emergente necesidad de defender la costa valenciana llevó a crear la Guardia Costera, cuyo servicio se utilizó también para los conflictos bélicos con otras potencias europeas.
Construcción de la Torre San Vicente
Desde el siglo XVI hasta el XIX la costa valenciana tuvo la necesidad de ser defendida a través de la ubicación de la Guardia Costera en 70 castillos y torres repartidos en 10 partidas. El distrito de Castellón de la Plana, con 18 torres, incluyó las de Sant Julià y Sant Vicent como protectoras de la llamada Olla de Benicàssim.
La torre San Vicente fue construida entre 1597 y 1599 y, gracias a la seguridad que comenzó a aportar, posibilitó la repoblación de la villa y en consecuencia, la creación de su Carta de población en 1603.
En sus más de 400 años de vida, la torre San Vicente ha sufrido diversas modificaciones y a día de hoy se mantiene como una de las torres de vigilancia mejor conservadas de la costa de Castellón.
En 1850, con la extinción del cuerpo de Torreros de Costas, la torre pasó a ser custodiada por el Cuerpo de Carabineros y, a partir de 1939, por la Guardia Civil.
En 2001 se declaró como bien de interés cultural por la ley de patrimonio histórico y tras más de 60 años perteneciendo a la Guardia Civil, en 2004 pasó a ser propiedad del Ayuntamiento de Benicàssim.
Características arquitectónicas
Desde su construcción hasta la actualidad, la torre ha sufrido múltiples reformas que han ido transformándola tanto en la distribución de sus plantas como en su exterior.
A nivel arquitectónico, la Torre San Vicente dispone de elementos constructivos típicos de fortificaciones renacentistas. Ejemplo de ello son su talud exterior, las cañoneras, aspilleras, las torrecillas circulares en la cara frontal o el matacán sobre la puerta elevada.
Sus 11,5 metros de ancho por 13,5 de alto y su planta cuadrada, se recubren por piedras rojizas de rodeno del Desierto de las Palmas así como por sillares de piedra calcárea en sus esquinas, desde la base hasta la cubierta.
Su puerta de acceso está ubicada en la parte trasera, a unos 3 metros sobre el suelo, con un pequeño retablo cerámico sobre ella, con la imagen del santo.
Levantando la vista en este mismo lateral, encontramos un pequeño matacán por el que los soldados defendían la entrada a la torre.
En su interior destaca una bóveda de medio punto, que originalmente cubría su sala diáfana en la que únicamente había una chimenea para cocinar y realizar señales de humo. Los terremotos del siglo XVIII destruyeron este espacio y posteriormente se construyeron dos muros perpendiculares, conformando cuatro estancias.
En su lateral norte se construyeron también unas caballerizas en el siglo XVI, que se techaron en el siglo XVII. Posteriormente, el cuartel de Carabineros construyó sobre ellas su primer cuartel, que terminó perteneciendo a la Guardia Civil y que fue derruido cuando el Ayuntamiento de Benicàssim tomó su propiedad.
Proceso de restauración en 2017
Esta torre ubicada en una de las zonas más turísticas de Benicàssim, sufrió en 2017 un proceso de subsanación muy necesaria a causa de su “abandono” por el paso de los siglos y el efecto de la climatología.
El proyecto de restauración se ha realizado con la finalidad de ofrecer la torre como sede de actividades de interpretación de su historia y su papel en la creación de Benicàssim, así como de convertirla en un espacio de obligatoria visita para turistas y público local. En la obra se han recuperado sus muros y su interior, incluyendo la dotación de instalaciones que ofrecen una mayor accesibilidad al edificio. De este modo, se ha incluido un ascensor cilíndrico que permite el acceso al público a la terraza de la torre. Puedes ver aquí la información y fotografías sobre la inauguración de la Torre San Vicente como Centro de Interpretación.
Uno de los cambios visibles desde su exterior es la recuperación de las aspilleras, desde las que los soldados defendían la torre y que en 1917 fueron convertidas en ventanas. En estas dos fotografías, de 2015 y 2018 se puede ver la diferencia del antes y el después.
En Benicàssim Paraíso hemos podido visitar la torre, conocer su historia, hacer un recorrido virtual y disfrutar de las vistas de su azotea tras subir los 33 estrechos escalones de su escalera en caracol. Os invitamos a visitar la Torre San Vicente y conocer este monumento tan importante de la historia de Benicàssim.
