El FIB 2018 dejó ayer en manos de Liam Gallagher la responsabilidad de cerrar una edición estratosférica. El exvocalista de Oasis no erró el tiro y puso punto y final a cuatro días de música enloqueciendo a un público absolutamente entregado. Comportándose como la estrella que él mismo se considera, el pequeño de los Gallagher llegó al escenario seguido por una cámara desde los camerinos, cual combate de boxeo, y arrancó con “Rock ‘n’ Roll Star” y “Morning Glory”. Lejos de renegar de sus orígenes, Liam entregó a los asistentes (esta vez sí) las canciones más importantes del desaparecido grupo, pasando de puntillas por las propias. Demostró no haber perdido la práctica, el talento, ni la actitud, por lo que cualquiera podría asegurar que ayer se vivió un verdadero concierto de Oasis.
Como ha sido habitual durante toda esta edición, los nombres secundarios del cartel fueron también ayer sobresalientes. Si consideramos a Dorian un secundario (algo impensable en cualquier otro festival en España), cumplió a la perfección el papel de contrapeso de la gran estrella británica, actuando casi a la misma hora en el Escenario Visa. Su mezcla indie, electrónica y new wave, hizo que aún así no le faltasen espectadores decididos a darlo todo con alguno de sus himnos como “A Cualquier Otra Parte”.
El destino (o quizá no) hizo que el grupo barcelonés coincidiese en cartel con sus compadres mexicanos, la banda Zoé, con la que Dorian hizo el pasado año su gira por EEUU. Los mexicanos, con un sonido sosegado y atractivo como el propio carácter de su país, tuvieron que hacer frente a un sol de justicia para presentar sus sus canciones.
En el escenario Las Palmas, los irlandeses Hudson Taylor atrajeron a gran número de seguidores de su país y nos recordaron, con una música impecable, que el folk irlandés y el country más puro son, al fin y al cabo, parientes cercanos.
La tarde y la noche nos traería más nombres relevantes como Wolf Alice y su sonido atronador, los británicos Bastille, Shame, o Madness que también hicieron saltar a la mitad más internacional del festival.
Este FIB 2018 nos ha regalado nombres que han demostrado merecerse la oportunidad, como Los Nastys o The Parrots, el dúo madrileño de Alex de Lucas, una de las caras conocidas gracias a la serie Paquita Salas, y que confirma como Los Javis (presentes también en el backstage) acaban convirtiendo en oro (o al menos en plata) todo lo que tocan.
Las cifras oficiales nos dicen que el recinto ha recibido una media de 40.000 espectadores por jornada y que del total de entradas vendidas, los británicos casi empatan con los locales. Los más de 600 periodistas acreditados y la mejora de los accesos y la comodidad de los fibers, dejan claro que esta vigésimo cuarta edición de uno de los festivales más longevos y solventes de nuestro país, ha sido todo un éxito.
En un día como hoy, solo nos queda esperar y confiar en que el próximo año, los días 18, 19, 20 y 21 de julio, tenemos una cita importante con el 25 cumpleaños del FIB. Y sin ninguna duda, Benicàssim Paraíso estará ahí de nuevo para contároslo.